¿Cómo harán que la plaza John Lennon sea un espacio inclusivo?

¿Cómo harán que la plaza John Lennon sea un espacio inclusivo?

Los parques infantiles pueden excluir, involuntariamente, a muchos niños por no contemplar su forma de estar y percibir el entorno. “La neurodiversidad es la diversidad de las mentes y los cerebros. Dentro de ese espectro están los neurotípicos, los autistas, los trastornos de déficit atencional y del lenguaje, las dislexias, las personas hiperactivas…”, explica el arquitecto Diego Tosar, implicado en un proyecto que transformará la plaza John Lennon en un espacio más accesible. La obra se concretará en 2024 en sociedad entre el Municipio C y la Intendencia de Montevideo (en particular a través de los departamentos de Desarrollo Social y de la Secretaría de Discapacidad). “La propuesta”, continúa el arquitecto, “viene desde el estudio y desde la perspectiva de las personas dentro del espectro autista, porque justamente es una de las condiciones que más comprometen la convivencia. Nos pareció que partiendo desde ahí íbamos a cubrir o mirar toda la gama”.

La iniciativa fue de Fundación en Red, que nuclea familias de personas dentro del espectro autista. “Tengo una muy buena relación con Adriana Asiaín, que es una de las directoras, porque además los dos somos padres de chicos con autismo, entonces compartimos un poco este camino”, relata Tosar. “Ella sabía cómo había volcado mi profesión hacia ese lado, y me dijo que quería presentar un proyecto así. Lo armé con mi estudio y lo presentamos, pero fue idea de ellos”.

La elección del lugar surgió también del colectivo de padres. “Cuando la fuimos a ver con mis colegas, antes de armar el proyecto, nos cerró bárbaro, porque tenía un montón de condiciones de partida que ayudaban muchísimo: era un entorno barrial bastante tranquilo, una vegetación brutal, porque tiene unos árboles híper tupidos que generan como una bóveda verde en toda la plaza”.

La plaza John Lennon ocupa una manzana de proporciones rectangulares, delimitada por las calles Francisco Rodrigo, Pedro Vidal, Juan Arrieta y José N Oxilia, en el barrio Larrañaga, próximo al Urreta Baby Fútbol y en la zona del canal 5.

Una primera propuesta de refacción se presentó en el Presupuesto Participativo 2021, en el Municipio C, pero no salió elegida, ya que coincidió ese año con dos proyectos que fueron los más elegidos de todos los municipios. “Entonces, votó muy bien, pero quedó tercero o quinto en total. Y después, como el proyecto igual gustó, la Intendencia de Montevideo decidió hacerlo igual”, resume Tosar.

“Cuando estábamos armando el proyecto definitivo hubo instancias de codiseño con familias que incluyeran personas dentro del espectro autista. Hicimos talleres en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo en los que invitamos a proyectar con nosotros. La facultad nos recibió con los brazos abiertos y los familiares escuchaban cuál era nuestro planteo y daban su parecer, proponían algunas imágenes o situaciones que les parecían importantes conservar”.

Investigando posibilidades, vieron ejemplos de lo que no querían hacer, como designarse como inclusivos “y simplemente colocar un pictograma al lado de un juego que dice ´tobogán`”, señala el profesional.

En cambio, este trabajo se enmarca en Modo Mondo, un proyecto multidisciplinario de diseño arquitectónico que hace dos años Tosar presentó en la Agencia Nacional de Investigación e Innovación para pensar los espacios desde una perspectiva cognitiva y de procesamiento sensorial: “En ese marco, junto con mi estudio, armamos una investigación en la que llegamos a muchas personas con TEA, les hicimos muchas preguntas a más de 300 familias sobre cómo se relacionaban con el entorno, cómo les afectaba la luz, los colores, los sonidos, las texturas, el tacto, la cantidad y la forma en que se les presentaba la información. Y fuimos sacando un montón de conclusiones que publicamos en un documento; ese fue el insumo de este proyecto”.

Bienvenidos todos

La semana pasada un concepto más acabado de la plaza fue compartido con el barrio. “Ahora que la intendencia decidió avanzar, hicimos el proyecto ejecutivo, que es la parte más técnica y se lo presentamos a los vecinos y organizaciones de la zona. La verdad es que estuvo bien lindo porque fue muy bien recibido por todos”, cuenta Tosar.

“Estuvimos estudiando cómo funcionaba la plaza para los vecinos, y es una típica plaza barrial que no tiene prácticamente ordenamiento. De hecho, los vecinos el otro día nos contaban que es la misma plaza hace 60 años. Pero es muy usada, porque no deja de ser un lindo desahogo al aire libre. Lo que nosotros propusimos es un espacio contenido, ocupando un sector, un tercio de la plaza, y el resto lo dejamos libre, mejorando las condiciones actuales, para no quitarle el uso que tiene hoy”, explica Tosar.

En cuanto al proyecto, aparte de los juegos infantiles, “consiste en tres estructuras, una grande tipo cerco, una idea que surgió de los talleres con familiares, ya que les parecía importante que fuera un espacio cercado, porque muchos niños tienen la tendencia a salir corriendo, escaparse, y está el riesgo que supone la calle. Además del estrés de los padres de no tener un lugar tranquilo donde sus niños puedan estar correteando, jugando, explorando, lo que sea, sin andar preocupados. Por eso propusimos un espacio con una única entrada, y adentro se da un paseo por diferentes estaciones que proponen situaciones sensoriales vinculadas con las características de las personas dentro del espectro autista”.

El arquitecto aclara que “es una plaza pensada desde la vivencia de esas personas, pero no es una plaza para autistas. Es para todos. Obviamente los niños, los adolescentes, las personas autistas, van a encontrar un espacio donde encajar mucho mejor que en una plaza tradicional, porque está pensada desde su lógica. Pero la idea tampoco es generar un gueto, sino que puedan convivir con el resto de las personas en armonía”.

Dentro del cerco descrito, además del núcleo verde, habrá una suerte de refugios a los que llaman cuevas o nidos, de diferente escala y materiales, desde resina hasta estructuras metálicas con placa de viroc (mezcla de madera y cemento), que servirán de espacios de contención. “Las personas con TEA procesan el entorno de una forma distinta. Reciben los estímulos de una forma desordenada, y hay veces que les puede crear un comportamiento disruptivo. Necesitan tener instancias de autorregulación”, explica Tosar sobre estos lugares de descanso donde otros niños podrán construir sus propios universos.

Al mismo tiempo que se espera el inicio de obras, se están estudiando distintas posibilidades de gestión de la plaza, para garantizar su cuidado.

 

 

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